Das Nächste Jahrhundert Wird Das Jahrhundert Des Wassers
El Próximo Siglo será el Siglo del Agua (Das Nächste Jahrhundert Wird Das Jahrhundert Des Wassers) es una ruina arqueológica sonora submarina, creada para habitar el fondo marino del puerto de Rostock y para ser colonizada por los habitantes de las profundidades. En su interior contiene un mensaje para la humanidad del futuro, una colección de entrevistas, mensajes, paisajes sonoros y capturas de señales de radio. Una muestra del presente para ser escuchada dentro de 100 años. El objeto fue apoyado por el club de arqueología subacuática local – Gasellschaft fur Schiffsarchaologie eV quienes se encargaran de preservarlo y lo llevaron a un lugar secreto en el fondo del mar, allí tomaron sus coordenadas GPS para registrarlas en una base de datos estatal alemana , indicando que debe ser excavado y abierto dentro de 100 años.
Área secreta
Durante algunos días de los meses de abril y mayo estuvimos realizando entrevistas en una ciudad portuaria ubicada al norte de Alemania, con el fin de construir un artefacto arqueológico, a partir de recolectar distintas visiones sobre el futuro. Por aquellos días buscamos personas que quisieran compartir sus relatos y la relación de estos con la ciudad, así como también con los cambios que se están sucediendo en ella. Asimismo, les solicitamos que nos contaran un deseo vinculado al lugar donde habitan, una proyección ficcional de como les gustaría imaginar el futuro. Por último, les proponíamos que dejaran un mensaje para ser escuchado en los próximos 100 años: la cápsula será conservada en un territorio arqueológico submarino y secreto cercano a Schnatermann.
Espejo curvo
La cápsula es una bola plateada construida en cemento durante 20 horas, el diseño de la pieza fue conceptualizada desde un punto de vista geológico, arqueológico, sonoro y poético. De forma similar a las capas tectónicas de zonas sísmicas de la costa chilena, donde el tiempo es condensado de forma estratificada en un suelo que emerge como cordon montañoso o falla geológica, la esfera de cemento, en parte por su diseño y en parte por azar, resultó un objeto conformado de capas que remiten a la geología terrestre, pero condensando solo un instante de tiempo en vez de una amplitud temporal, con una fotografía acústica en su interior como mensaje al futuro desde un momento y lugar particular.
Esta esfera del tiempo tiene su doble distorsionado en la ciudad de Montevideo, donde se realizó la primera parte del proyecto. Allí, el monolito de cemento tuvo forma cubica y alojó un cassette con mensajes de pescadores, metalúrgicos, profesoras de remo, guardias, entre otres.
Bajo el nombre: “Me gustaría volver a ver el mar” esta primera cápsula de Montevideo fue trasladada y ubicada el 11 de noviembre de 2021. El sitio elegido para dejarla fue la Isla de las Ratas, lugar al que llegamos en bote y que se encuentra abandonado desde los años 50. La Isla, especie de referencia misteriosa, se nos presentó como el continente perfecto- imperfecto para albergar la cosa.
En Rostock esta sonda temporal funciona paradójicamente como un recuerdo del porvenir, ya que, además de contener la grabación de varias entrevistas, hemos amalgamado diversos paisajes sonoros de la ciudad, escuchas de radio de onda corta y comunicaciones de radio marítimas del puerto, con la finalidad de propiciar una atmósfera, una huella del presente para esas voces en el futuro.
Historias para las profundidades
Las entrevistas fueron realizadas mayormente en alemán, lo cual supuso, no entender con claridad y de forma directa lo que los entrevistados comunicaban. De traducción en traducción, la decodificación no fue fácil, pero logramos hacer foco, desatar- ligeramente- el nudo.
La mayoría de las personas entrevistadas se hospedaban en el barco Likedeeler, gigante azulado en el cual hemos vivido durante 13 días y que cuenta con una sala de reuniones, un salón de baile, una sala para talleres y varios lugares que aun desconocemos.
El primer día realizamos una pequeña recorrida -siempre aparecerá algo nuevo-: una serie de fotografías de los años 80′ y 90′ donde se ve un Likedeeler repleto de niños jugando, una habitación que se parece a otra pero es nueva, un objeto, alguna historia. Según nos han contado el barco es utilizado especialmente por niñxs, se dictan talleres de forma gratuita, pareciera que la vocación está en compartir con los niñxs y jóvenes las artes del mar. En este contexto surgió la idea de incluir a niñxs locales en el proceso de construcción de la ruina sonora, ya que imaginamos que la voz y mensaje que los niñxs podrían aportar seria sin duda desde un lugar de compromiso y afectación mas directa, mensajes no solo mas liberados de las formalidades y estereotipos del mundo de los adultos sino que también como sujetos (o directamente sus hijxs) que serán los encargados de habitar ese mundo futuro en la escala temporal que propone el proyecto. Fue así que organizamos un taller para 11 niñxs con el fin de incluir su mensaje para la humanidad en la cápsula. Lo diseñamos en base a dos dinámicas, partiendo por invitarlos a imaginar como sería el fondo del mar dentro de cien años, a partir de dibujos, para luego pedirles que escribieran un mensaje para ser escuchado dentro de cien años, mensaje que posteriormente fuimos grabando en audio uno a uno.
Dibujando en el agua
El azar hizo que justo en frente de donde esta instalado el Linkedeele se ubicara el club de arqueología submarina de Rostock. Ya antes de comenzar la residencia Rene Rissland y Carsten Stabenow habían informado que había un arqueólogo marino cercano a la embarcación. Sin tener clara la relación con el barco este descubrimiento hizo que de inmediato intentaramos tomar contacto, muchas preguntas aparecían y una posible colaboración con el arqueólogo marino se abrían como un enorme potencial: ¿cómo es el fondo marino en el puerto de Rostock? ¿Cómo son los flujos y dinámicas del suelo en escalas temporales de 100 años? ¿quienes son los habitantes del fondo? ¿cómo es el trabajo arqueológico bajo el mar, la búsqueda y quedaron de ruinas sumergidas? Luego supimos que el club de buceo y arqueología submarina comenzó teniendo una finalidad deportiva.
Antes de llegar a Rostock la idea de lanzar un objeto al fondo del mar nos llevó a buscar referencias de ruinas sumergidas, descubriendo mundos fascinantes que van desde naufragios históricos hasta ciudades míticas, museos, esculturas o formaciones de gran escala de origen desconocido como el ” ovni sumergido del mar Báltico”, precisamente el mar donde nos encontramos?
Pasados algunos días desde nuestra llegada al Linkedeele finalmente logramos coordinar un primer encuentro con el arqueólogo submarino, que se perforó por varias, allí nos mostraron materiales de las más horas diversas: dibujos realizados en el agua, imágenes satelitales, protocolos metodológicos, fotografías de naufragios , textos sobre descubrimientos. Nos contó también que en Rostock de 500 avisos por anomalías realizadas por pescadores, aviadores, 10 efectivamente son hallazgos y que los GPS no funcionan debajo del mar, por lo que, se llega hasta la superficie y allí se marca con una bola roja. Cuando Rene Rissland se contactó con el arqueólogo y le contó sobre el proyecto, su reacción fue de completo entusiasmo, al tal punto que desinteresadamente se involucró profundamente en el proceso, ofreciendo la cápsula para enterrarla en el fondo marino en un lugar utilizado por el club para preservar restos arqueológicos, e incluyendo el objeto-escultura dentro de recibir una base de datos geolocalizada que pertenece al gobierno alemán, lo cual asegura su tienen y posterior rescate y apertura dentro de 100 años. Además se ofreció hacerse cargo de realizar la placa exterior que llevaría la cápsula, donde aparece el nombre y la fecha en la que debe ser abierta:
Das nächste Jahrhundert wird das Jahrhundert des Wassers
Öffnet diese Zeitkapsel am 11. Mai 2122.
Por otro lado, acordamos realizar dos desembarcos de la bola plateada: el primero consistió en un rito de entrega que nos propuso el arqueólogo, donde él se iba a sumergir con la cápsula a modo de bautismo. Y para el segundo, donde nosotros ya no estaríamos en Rostock, donde la bola de cemento sería llevada al fondo en el contexto de un evento especial del club de arqueólogos submarinos, para descender en un área secreta, también denominada: colección submarina. Nos garantizan así conservarla por 100 años, algo extraño y paradojal, para un artefacto que se piensa errático y en algún punto, anónimo.
El día del hundimiento definitivo, realizaran una ceremonia en el pueblo.
Hacer secreto
En la escollera de Rostock las rocas tienen huecos para que las personas dejen recuerdos en forma de flores, cartas, velas, joyas, etc, es inquietante ver la perfección de los círculos en la irregularidad de las distintas piedras negras, basalticas y brillantes. En las costas de Schnatermann nos encontramos con un hombre que caminaba alrededor de dos kilómetros por el río Warnow con un traje térmico, según nos contó se dirige semanalmente hacía un barco hundido, cuya forma es semejante a la de un ala, allí ha dejado un tupper con una serie de textos, objetos y dibujos, según entendemos lo utiliza como un diario, un diario que va a visitar y que supone atravesar un territorio. No puede ir por tierra, ya que no está permitido ingresar a ciertas zonas, pero nos ve salir de un agujero del alambrado: nosotros y él habíamos hecho el mismo recorrido por superficies distintas y ambos estábamos buscando algo y haciendo un secreto.
Pensamos que la idea del barco adentro de la botella, es una imagen arquetípica, de una oniria sugerente que rápidamente genera entusiasmo.
La cápsula que dejaremos en Rostock también es un agujero y un conjunto de tuppers, que organizados como una Matrioska, almacenan en su corazón y/o núcleo duro tres tarjetas de SDHC-Card con el registro sonoro de las conversaciones y capturas de paisaje y radio.
Onda submarina
No sabemos que hay en las ondas de radio, necesitamos tener una antena, tampoco sabemos cuál es el sonido debajo del mar. El arqueólogo nos contó que el sonido en lo hondo puede llegar a ser absolutamente ensordecedor, porque allí se trasmite más rápido debido a la densidad del agua, de hecho, cuando pasan los grandes transatlanticos pareciera amplificarse. Por su parte, las ondas de radio se propagan de forma inmediata, a la velocidad de la luz y están en todos lados de forma invisible.
Al inicio de nuestra estadía en el barco, Felix uno de sus tripulantes, nos llevó a la torre de control y nos mostró cómo opera la radio y la comunicación marítima en el puerto de Rostock, utilizando el canal 73 hicimos una sesion de escucha, interceptando señales prohibidas.
El nudo del tiempo
Un árbol aparece a la izquierda del camino principal de la ciudad balneario, es un árbol sorprendente a nivel fisonomico, sobresale por su complejidad formal , pareciera ser la conjunción de diversos árboles más pequeños torneados, siguiendo el movimiento del eje serpentinato.
El árbol es milenario según nos cuenta el chaman del lugar, con quien hicimos una recorrida identificando plantas medicinales. El árbol es una cápsula del tiempo, en el han vivido multiplicidad de especies, muchas de ellas ya extintas, lo tocamos: estamos en el problema. Comemos unas florecillas que crecen gracias a él, tienen sabor a ajo, otras plantas cercanas son buenas para calmar los dolores óseos, no hemos parado de caminar. Este árbol se despliega como un totem, pensamos en los menhires, esos bloques de piedra monolíticos y prismáticos realizados en granito e hincados en el suelo y a los cuales Francesco Careri les asigna el inicio del pensamiento urbano. En este árbol está el inicio del bosque.
Imágenes y video de la exhibición documental sobre el proceso del proyecto
Este texto fue escrito colectivamente por Fernando Godoy, Lourdes Silva y Pol Villasuso
Fotografías: Carsten Stabenow, Fernando Godoy, Pol Villasuso, Rene Rissland, Lourdes Silva
El Próximo Siglo será el Siglo del Agua es un proyecto de Fernando Godoy en complicidad con Lourdes Silva y Pol Villasuso.
Este proyecto contó con el financiamiento del MINCAP Ventanilla Abierta 2022.